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Fichajes del Real Madrid de la 1986/87

Buyo, Mino, Pardeza y Solana

 

 

  • Buyo: El fichaje estrella. Su gran rendimiento en el Sevilla FC le situó como uno de los mejores guardametas españoles. El Real Madrid ya le quiso antes, pero el acuerdo no fructificó. En esta ocasión, el gallego quedó en libertad y, a sus 28 años, en plena madurez, estampó su firma como nuevo jugador del Madrid. Tras las marchas de Miguel Ángel y García Remón, el conjunto blanco buscaba un nuevo referente en la portería y lo encontró en Paco Buyo. De hecho, en sus once temporadas en el Madrid, solo Illgner le quitó el puesto en su última campaña como futbolista profesional, cuando el arquero de Betanzos alcanzaba los 38 años.   
  • Mino. Producto de la inagotable cantera de Mareo. Este central de 23 años se incorporó al Madrid para reemplazar al lesionado Maceda, con el que le unieron varias coincidencias. Ambos  llegaron al Madrid procedentes del Sporting de Gijón, donde formaron una solvente pareja de centrales; sin embargo, ambos no llegaron a triunfar con la casaca merengue. Maceda se lesionó de gravedad, mientras que Mino no se hizo con la titularidad, por lo que continuó su carrera lejos de Chamartín al término de su segunda campaña.
  • Pardeza: Un joven valor. Contaba con apenas 21 años. Repescado tras una temporada cedido en el Real Zaragoza, con el que ganó la Copa del Rey y sumó experiencia en Primera. Con su vuelta, la Quinta del Buitre volvió a estar completa y Leo Beenhakker sumó otro complemento de calidad a su delantera. Sin embargo, Pardeza se mantuvo a la sombra de Hugo Sánchez, Butragueño y Valdano y volvió a salir del Madrid, ya como traspasado. En la 1987/88, volvió al Zaragoza, consolidó su carrera y vivió una época inolvidable. 
  • Solana: Superó las distintas lesiones que sufrió desde juvenil y debutó con el primer equipo en la anterior campaña, la 1985/86. El Chucho Solana la empezó con el Castilla y la acabó como indiscutible del primer equipo. Así, en la 1986/87, ya formaba parte de la primera plantilla a todos los efectos. Sustituyó con éxito a Camacho en el lateral izquierdo y también actuó como central, lateral y centrocampista. Solo las lesiones le sacaron del once y, al final, mezcló titularidades con suplencias. En todo caso, acumuló 177 partidos oficiales con el Madrid. Salió en la 1991/92 rumbó al Zaragoza y, allí, jugó de nuevo con Pardeza, con el que coincidió desde juveniles. 

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