Un hat-trick de Shevchenko a la Lazio dio la Supercoppa al Milan en 2004
Andriy Shevchenko lanzó al AC Milan a la conquista de su quinta Supercoppa italiana. El ucraniano marcó los tres goles del inapelable 3-0 rossonero a la SS Lazio con San Siro como testigo, que disfrutó de la exhibición del que sería coronado como Balón de Oro de 2004. Súper Sheva.
Hubo una diferencia abismal. La que podría esperarse entre el poderoso Milan de Carlo Ancelotti y el post Lazio de Sergio Cragnotti, muy venido a menos tras los problemas financieros del club romano. El Milan venía de arrasar en el Scudetto 2003/04 con once puntos de ventaja sobre el segundo, la Roma de Fabio Capello, mientras que la Lazio había ganado de forma meritoria la Coppa Italia a la Juventus de Marcelo Lippi (2-0 en el Olimpico y 2-2 en Delle Alpi). El Milan de Carletto estaba en auge, pese a que esa temporada perdió de forma dramática la Champions League ante el Liverpool, aunque ganó otras dos Orejonas con el hoy técnico del Real Madrid. La Lazio, por el contrario, sufrió el irremediable fin de su mejor ciclo histórico. A finales de julio de 2004, un mes antes de disputar la Supercoppa ante el Milan, Claudio Lolito fue nombrado nuevo presidente (Sergio Cragnotti dimitió la pasada temporada y Ugo Longo asumió el cargo hasta la llegada de Lolito). Para aliviar las deudas, salió el entrenador Roberto Mancini, así como Siniša Mihajlović, Jaap Stam, Giuseppe Favalli, Stefano Fiore y Bernardo Corradi. Dino Zoff sonó para sustituir a Mancini, aunque el elegido, vista la austeridad, resultó ser Domenico Caso, del Lazio Primavera.
Domenico Caso puso en liza el siguiente once para enfrentarse al Milan en San Siro: Peruzzi; Oddo, Fernando Couto, Negro, Òscar López; Dabo, Giannichedda; Zauri, Liverani, César; y Muzzi. Como único atacante Muzzi y en el banquillo
Paolo Di Canio, de vuelta a Italia para jugar en la Lazio tras su periplo por el Reino Unido. Di Canio sí tuvo minutos en la segunda parte, al contrario que la joven promesa macedonia
Goran Pandev, fichado del descendido Ancona. Por su parte, Ancelotti tenía tres bajas significativas: Andrea Pirlo, Pippo Inzagui y Clarence Seedorf. Aún así le salió el siguiente
equipazo en la alineación: Dida; Cafú, Nesta, Stam, Maldini; Gattuso, Rui Costa, Ambrosini, Kaká; Shevchenko y Tomasson. Rui Costa
hizo de Pirlo (ausente al estar con Italia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004) y funcionó como regista. Carletto contaba con un plantel de lujo. Silvio Berlusconi y Adriano Galliani, que disfrutaron del palco de otro título más, le trajeron caviar cada verano. Hernán Crespo, Stam y Vikash Dhorasso eran
los fichajes de la 2004/05. Stam se estrenó en partido oficial como rossonero contra el equipo del que procedía. También debutaron Crespo y Dhorasso en la segunda mitad
teniendo suerte desigual. Crespo entró por John Dahl Tomasson y solo duró ocho minutos. Sintió molestias y tuvo que ser sustituido por
Serginho con gestos de rabia.
Shevchenko, capocannoniere de la Serie A 2003/04, marcó las diferencias en una final monopolizada por el Milan. De claro control milanista, a pesar de que la Lazio empezó discutiendo la posesión. De hecho, la primera aproximación fue biancocelesti. César entró con peligro por la izquierda y Paolo Maldini, realizando una gran diagonal defensiva, neutralizó el remate de Luciano Zauri. Como si la Lazio quisiese seguir siendo igual de fuerte sin estrellas. Espejismo. Cuando el Milan encendió el botón de jugar, que fue acto seguido, la final solo tuvo un color. Maldini, en funciones de lateral izquierdo ofensivo, avisó con un disparo al travesaño. Lo que precedió a la tormenta. Il Diavolo, entre tanto, creció con el balón, sin que los intentos de resistencia de Ousmane Dabo y Giuliano Giannechedda hiciesen mella. Rui Costa, Genaro Gattuso y Massimo Ambrosini se impusieron y el Milan profundizó por la banda izquierda. Allí Ambrosini y Maldini encontraron el olfato de Shevchenko para dedicir con dos goles en la recta final del primer tiempo. Maldini pasó al espacio a Ambrosini, Massimo dejó por los suelos a Zauri, puso el pase de la muerte y Sheva de preciosa tijereta con la zurda batió a Peruzzi. 1-0, minuto 36. En el segundo, un caramelo de Maldini en forma de centro encontró la cabeza de Shevchenko. 2-0, minuto 43. Y Kaká pudo marcar el tercero justo antes del descanso. Peruzzi lo evitó. Cuatro ocasiones claras, dos goles. Milan mordaz, efectivo. La Lazio nada podía hacer.
Pese a que solo marcó un gol en la segunda mitad, el Milan generó más peligro que en el primer acto. Cafú y Kaká pusieron el talento al servicio del espectáculo y la Lazio apenas salió de la cueva. Cafú, por cierto, buscó el gol sin éxito hasta en tres ocasiones. El catalán Òscar López, fichado por la Lazio del Barça, sufrió las rompedoras subidas del lateral brasileño. Kaká, por su parte, desequilibró entre líneas. El ex del São Paulo dejó un taconazo precioso a Shevchenko que acabó con un remate de Sheva despejado por Fernando Couto. El portugués y Paolo Negro se emplearon a fondo para que la sangría no fuese más abundante. Negro sacó de cabeza un centro peligroso de Cafú cuando Tomasson ya esperaba con la caña preparada. Demasiado Milan para esta Lazio. Caso dio entrada a Di Canio por César sin que nada alterase nada, ya que Stam y Nesta se mantuvieron tan seguros como activos los de arriba. Se mascaba el tercero y Shevchenko cerró su festín marcando de volea el 3-0 en el minuto 76. Golazo. Hat-trick con la izquierda, de cabeza y con la derecha, dominando todas las facetas del remate. Así se gana un Balón de Oro. Por otro lado, Hernán Crespo y Vikash Dhorasso, otros refuerzos de los de Ancelotti, debutaron en partido oficial como rossoneri en la segunda parte. Valdanito, con problemas físicos, solo duró ocho minutos; Serginho le sustituyó. El Milan, con todo el pescado vendido, se relajó y la Lazio rozó el gol del honor. Zauri, en el minuto 85, dispuso de la mejor ocasión biancocelesti. Disparó seco y Dida evitó el gol con el pie. Portería a cero. Victoria brillante y trabajada de los de Ancelotti. El gran capitán Maldini levantó el trofeo en casa, en San Siro. La Suppercopa de Sheva.
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