· 

Atlético 0-3 Valencia: Brindis copero de Claudio López y Mendieta en La Cartuja

 

Una semana después de clasificarse para la Liga de Campeones, el Valencia CF puso el colofón a su sensacional temporada adjudicándose la Copa del Rey. El conjunto dirigido por Claudio Ranieri se impuso con total superioridad al Atlético de Madrid, al que venció por un rotundo 0-3 en el Estadio La Cartuja de Sevilla el 26 de junio de 1999. Claudio López y Gaizka Mendieta, los héroes de La Cartuja, destrozaron a los de Radomir Antić. Ambos decidieron la final con tres golazos, dos del Piojo y uno de Mendieta: la precisa volea del argentino en el primero, el mágico sombrero de Mendieta a Bejbl y Aguilera en el segundo y, por último, la épica cabalgada de Claudio ante Molina en el tercero. El Valencia recuperó la senda de los títulos e inició un ciclo de esplendor con este gran triunfo en La Cartuja.

      

A Ranieri no le importaba no tener el balón. Pero sí le encantaba atacar. Atacar por medio del contragolpe, ante todo. El Valencia del italiano, de hecho, se convirtió en un equipo mortal a la contra que contó con la explosión de Claudio López (autor de 37 goles durante 47 partidos en la 1998/99) y con la pegada de Mendieta, Angulo e Ilie. No solo fue el 0-3 al Atlético, antes el Valencia machacó 6-0 al Real Madrid en la ida de las semifinales de la Copa y también ganó al Barcelona los dos partidos de los cuartos (2-3 en el Camp Nou y 4-3 en Mestalla)El triunfo copero, por otro lado, fue el fruto del trabajo de una larguísima temporada: empezó en julio de 1998 con la tercera ronda de la Intertoto y acabó en julio de 1999 con la final de la Copa. Fueron 55 partidos distribuidos en cuatro competiciones (Intertoto, Liga, Copa de la UEFA y Copa del Rey). El Valencia ganó la Intertoto para jugar competición europea, cayó eliminado ante el Liverpool en los dieciseisavos de la UEFA, se clasificó para la Liga de Campeones tras ganar 3-0 al Mallorca en la última jornada y, finalmente, ganó su sexta Copa. El triunfo de La Cartuja supuso un punto de inflexión en la historia che. Además de sentar los cimientos de las dos finales de la Champions, supuso el reencuentro con los títulos tras los últimos cosechados por el Valencia de Kempes: 19 años después de la Recopa (1980) y la Supercopa de Europa (1980) y 20 años después de la última Copa del Rey (1979). 

 

El cese de Sacchi y la vuelta de Antic

 

El proyecto de Arrigo Sacchi arrancó a bombo y platillo en la ribera del Manzanares. Contó con el respaldo económico de 7.000 millones de pesetas en fichajes para aspirar a todo: Valerón, Jugović, Chamot, Mena, Serena, Torrisi, Njeguš... Pero Sacchi acabó cesado a mitad de curso, sin que los jugadores asimilaran su idea de juego, y Carlos Aguiar cogió las riendas durante once partidos. Después volvió Antić, el técnico del doblete, para cambiar la mentalidad de un equipo instalado en una terrible dinámica. Solo se ganaron tres partidos en la Liga en la segunda vuelta, los tres con el técnico serbio en la recta final. La victoria ante el Real Madrid (3-1) en la penúltima jornada alejó la Promoción (el descenso avisó con un año de antelación). Asimismo, el Atlético llegó a las semifinales de la UEFA y el Parma le dejó sin la final, pero, en cambio, accedió a la última instancia de la Copa del Rey tras ganar al Deportivo (0-1) en Riazor con un gol de Serena. Rado, definitivamente, mejoró al Atleti y, además, aseguró el billete para Europa –gracias al pase a la final de la Copa– que no fue poco para tanta montaña rusa. La temporada se podía salvar, claro está, si se ganaba al Valencia. Los colchoneros, además, se acogían a sus tres victorias en las tres finales coperas de la década para creer en una cuarta: 1990/91 ante el Mallorca (1-0), 1991/92 ante el Real Madrid (0-2) y 1995/96 ante el Barcelona (0-1). Sin embargo, ni la historia ni el esperanzador final de temporada valieron ante los de Ranieri.

 

Piojo y Mendieta valen una Copa

 

El triunfo blanquinegro se fraguó a partir de la pizarra del entrenador que convirtió al Valencia en un equipo campeón. Ranieri dio un recital de fútbol directo, ocupación de espacios y acoplamiento a distintas situaciones del juego. Ya sorprendió de inicio alineando a tres puntas natos: Goran Vlaović, Claudio López y Adrian Ilie. Aquello fue una declaración de intenciones de que salía a por todas. Sin especulación. Y le salió perfecto. El Valencia jugó un partido de manual: dominó y controló de principio a fin. Atacó tan bien como defendió.  

 

Juntar a Valerón y Juninho dos magos con escaso repliegue defensivo al lado de un solo mediocentro resultó una idea poco eficaz teniendo enfrente un centro del campo correoso. Aunque Valerón bajó a ayudar a Bejbl, el checo se vio sobrepasado por todos los lados sin otro pivote a su ladoPor ahí empezó a descomponerse un Atlético desequilibrado, que además contó con dos interiores pegados a la bandas (Aguilera y Lardín) y un solo delantero (José Mari). El Valencia, con sus líneas juntas en torno al 5-2-3, se comió el centro del campo colchoneroManiató a Valerón y Juninho y el Atlético se perdió entre pases largos neutralizados sin problemas por la línea de contención che. Con el paso de los minutos, el Valencia creció e hizo suyo cada palmo del terreno de juego. Los movimientos entre líneas de La Cobra Ilie provocaron agujeros que descolocaron a Geli y a Bejbl, lo que aprovechó Mendieta para lanzar los ataques por la banda izquierda. Mendieta atacó, defendió. Lo hizo todo bien y eso que jugó como carrilero izquierdo. Chico para todo.

 

Claudio López y Mendieta, que antes del primer gol avisaron de que podían hacer un roto, fabricaron el primero en el minuto 23. Mendieta asistió a Claudio López y el argentino enganchó una volea que entró ajustada por el poste de Molina. El primer gol no hizo sino aumentar el hambre de un Valencia deseoso de gloria. No obstante, varios minutos antes del segundo, Santi Cañizares evitó el empate de Aguilera en la primera ocasión clara del Atlético. Después llegó la maravilla de Mendieta en el minuto 33: controló el servicio de Ilie con el pecho de espaldas, elevó el balón ayudado por su muslo, se giró dejando sentados a Bejbl y Aguilera con un sombrero y batió a Molina de disparo colocado. El golazo que encumbró a El Murciélago. Mendieta llegó a la capital del Turia en la 1992/93 como un proyecto de futuro de 18 años. Evolucionó jugando en distintas posiciones y, a su habitual despliegue físico, añadió una pulida técnica que le hizo merecedor de cada golazo que marcó. Explotó con Ranieri, al igual que Piojo. Ambos dejaron de ser promesas para convertirse en cracks.

 

Sexta Copa en La Cartuja

 

El Atlético estaba obligado a tomar riesgos, ya que tenía la Copa cuesta arriba con el 0-2. Antić dio entrada a Solari por Lardín y adelantó la defensa para que se jugase en campo valenciano. Esto último, sin embargo, se convirtió en un arma de doble filo. También favoreció las contras de Claudio López; Molina ejerció de portero-líbero e interceptó varios servicios al espacio que buscaban la velocidad del argentino, el preludio del tercer gol. El Valencia, por su parte, fortaleció su sistema defensivo y amenazaba con la sentencia mediante sus contras letales. Angloma se sumó al ataque en la segunda parte y Farinós ayudó a Mendieta e Ilie en la creación. El rumano, en dos ocasiones, y Mendieta tuvieron el tercero antes del gol de Piojo López, pero tuvieron piedad del Atleti.

 

Mientras le quedó esperanza, el Atlético aumentó el ritmo a través de la circulación para encomendarse al gol. Pero lo que se encontró fue un muro levantado por la defensa de tres de Ranieri: el líbero Djukić y los centrales Roche y Carboni. José Mari, uno de los más destacados del final de curso, no apareció porque, cada vez que recibía, le vigilaron Luis Milla y uno de los dos centrales. El Atlético marcó por medio de Santi Denia en el minuto 54, pero el gol del capitán fue anulado por un claro fuera de juego. Después Cañizares neutralizó las ocasiones de Juninho y Roberto Fresnedoso salió por Geli en la segunda mitad y dejó su puerta a cero. Cañete tuvo poco trabajo, pero fue decisivo en tres momentos de la final: mantuvo el 0-1 ante Aguilera, el 0-2 ante Juninho y el 0-3 ante Roberto Fresnedoso. El portero, además, se apuntó la asistencia a Claudio López en el gol del argentino en el minuto 80. El gol nació de una falta lateral botada por Valerón. Cañizares atrapó la pelota y sacó largo de puerta a la derecha, directo a Claudio López. El argentino sorteó la salida de Molina en el centro del campo y lo demás es historia. El mítico sprint hasta la frontal y la correspondiente definición para la enésima exhibición del argentino. 0-3, bronco y copero. Mendieta, Camarasa y Claudio López levantaron la sexta Copa del Valencia en La Cartuja.

 

OTROS ARTÍCULOS


Escribir comentario

Comentarios: 0

Contáctanos en:

elfutboldeayer@gmail.com