La fe de los alicantinos les dio un merecido empate ante el Madrid en la primera jornada de la Liga 1947/48
“El Club Deportivo Alcoyano siempre ha sido un club que tiene un gran espíritu de lucha en el terreno de juego y que se crece ante las adversidades, con ese extra de motivación para conseguir la victoria y alcanzar los objetivos marcados". Esta es la definición, extraída de la web del club alicantino, de la famosa frase de tener más moral que el Alcoyano. Ese espíritu de lucha y motivación, tan propio del Alcoyano, es lo que llevó a estos recién ascendidos a cosechar un valioso punto ante el Real Madrid en el estreno de la 1947/48 en el Metropolitano. Juan Soria Arrufat, interior del Alcoyano, se convirtió en el hombre del partido. Su doblete neutralizó hasta dos veces la ventaja blanca: Rafa adelantó al Madrid, Soria igualó, Pruden volvió a poner por delante a los merengues y Soria estableció el 2-2 a seis minutos del final. El empate premió el gran partido de los blanquiazules en Madrid. La moral del Alcoyano.
El bicampeón de la Copa empezó la Liga confiado en lograr los puntos ante el campeón de Segunda. Pero lo cierto es que el Alcoyano, del que se esperaba un fútbol de contención, sorprendió por su valentía y rocosidad. Los de Ramón Balaguer ofrecieron mejor imagen que el Real Madrid y se llevaron una recompensa merecida. Ello fue el presagio de lo que iba a deparar el curso a ambas escuadras. Mientras los levantinos celebraban la permanencia –la única de sus cuatro temporadas en Primera–, los blancos pudieron acabar en Segunda en la peor campaña de su historia. Los de Alcoy, además, quedaron por delante de los de Concha Espina (décimo el Alcoyano, undécimo el Madrid), a los que también superaron en los duelos directos: el consabido 2-2 y el histórico triunfo del Alcoyano al Madrid por 2-1 en El Collao. 1947/48, la mejor temporada de la historia del Deportivo.
Justo en la temporada de la inauguración del Estadio Santiago Bernabéu, el descenso amenazó a unas fauces madridistas que, antes de certificar la permanencia en la última jornada, soportaron aquellos cánticos de estadio de Primera, equipo de Segunda. El flamante nuevo coliseo –conocido oficialmente como Estadio del Real Madrid Club de Fútbol– abrió sus puertas el 14 de diciembre de 1947 ante el Os Belenenses. Es por ello que el Real Madrid-Alcoyano, fechado el 21 de septiembre de 1947, se jugó en el antiguo Metropolitano. La escuadra merengue disputó sus partidos en la cancha donde el Atlético de Madrid jugaba como local mientras se levantaba la creación magna del presidente Santiago Bernabéu.
Debut con doblete de Juan Soria
Al Real Madrid que empató ante el Alcoyano lo entrenaba Jacinto Quincoces, mítico zaguero blanco que integró el legendario trío defensivo de los años 30 junto a Zamora y Ciriaco. Para el debut liguero, Quincoces salió con Bañón; Azcárate, Clemente; Huete, Ortiz, Ipiña; Rafa, Arsuaga, Pruden, Sabino Barinaga y Macala. De estos, Ortiz y Macala, fichados esta campaña, debutaron en un Madrid con problemas para confeccionar la delantera. No obstante, había en la plantilla algunas caras históricas. Ipiña, el primer capitán del Madrid. Sabino Barinaga, autor del primer gol en el nuevo Chamartín ante el Os Belenenses. Pruden, goleador que jugó en el Atleti y en el Real. También Luis Molowny, ausente frente al Alcoyano junto a Vidal y Corona. Tres bajas sensibles. Volviendo a Quincoces cabe reseñar que fue remplazado por Baltasar Albéniz y este a su vez por Mr.Keeping. El inglés aplicó la WM de Herbert Chapman y salvó al Madrid del descenso.
Por su parte, Ramón Balaguer, entrenador deportivista, puso en liza el 2-3-5, antecesor de la WM. El valenciano alineó a Company en la portería; Germán y Pitarch en la defensa; Cano, Mateu, Waldo Botana en el centro del campo; Estruch, Soria, Quisco, Costa y Cabillo en la delantera. Este era el equipo base que logró el ascenso como campeón en la campaña anterior, reforzado con Cabillo y Soria. Precisamente, Juan Soria –ex del CD Castellón que marcó el primer gol en Castalia ante el Atlético Aviación– tuvo un estreno inmejorable. Dos goles a Bañón para la posteridad. De este once, también merecen mención especial los ex valencianistas Waldo Botana y Juan Costa, el ex colchonero Salvador Estruch y, por último, Quisco, José Cano y Pascual Pitarch, estos últimos con una larga trayectoria como blanquiazules.
Un recién ascendido que parecía un equipo argentino
La prensa madrileña calificó a los de Alcoy como "un recién ascendido que parecía un equipo argentino". Probablemente en alusión a La Máquina de River o al San Lorenzo de Almagro. Este último causó sensación en su gira por España entre diciembre de 1946 y enero de 1947. El vasco Ángel Zubieta formaba parte de este formidable Ciclón, que arrasó a la selección española por un global de 13-6 en dos partidos. Salvando las distancias, el Alcoyano no era ni San Lorenzo ni River, pero sí dejó constancia de un fútbol efectivo que convirtió al portero Bañón en uno de los más destacados. El Madrid, por su parte, carente de timón, realizó un partido gris, acorde al tono mostrado por Barinaga e Ipiña. Aún así le dio para ir por delante. Rafa marcó el primer gol en minuto 20, al que respondió Soria diez minutos después, en el 30', igualando la contienda. Ya no hubo más dianas en la primera parte. Los porteros solventaron bien su trabajo. Company estuvo bien protegido por Germán Bagur, el experimentado defensa balear que jugaba su primer partido en la máxima categoría. Por su parte, Bañón contó con Clemente como aliado, zaguero con buena salida de balón.
Más moral que el Alcoyano
El conjunto blanquiazul se marchó al descanso reforzado: el 1-1 ante el actual doble campeón de la Copa (1946, 1947) ya era un logro. Por lo que salió reforzado en la segunda mitad, convencido de que podía lograr la sorpresa, ya que estaba poniendo en serios aprietos a los de Quincoces. La moral... Sin embargo, el Madrid empezó la segunda parte jugando sus mejores minutos y, antes de lograr el segundo, Botana evitó un gol. El 2-1 lo marcó de penalti Pruden en el minuto 58. El de Pruden, por cierto, fue el gol 800 del Real Madrid en Primera. Directo a la historia. Tras tomar ventaja de nuevo, y viendo sucedido en la primera parte, los merengues buscaron la sentencia. Arsuaga perdonó y el árbitro Arqué Martín anuló un gol a Macala.
El Alcoyano aguantó. Fiel a su famosa moral, luchó contra el marcador adverso y logró el premio en el minuto 84, cuando parecía que el Madrid iba a ganar. Soria desbordó a Huete e Ipiña y anotó su segundo gol del partido. El júbilo se desbordó, con la decepción madridista como contraste. Bañón paró, al igual que Company, pero no pudo evitar el 2-2 de los de Ramón Balaguer. Mucho mérito del técnico valenciano. Desterró el prototipo de conjunto defensivo, duro y poco efectivo en ataque. El Alcoyano fue combinativo, técnico en la transición del centro del campo al ataque. Así dio la primera sorpresa de la temporada. El Madrid, poco después de esa campaña terrorífica que casi le costó el descenso, se convirtió en un gigante. Con el nuevo estadio atrayendo a las figuras, tal y como el máximo mandatario tenía previsto. Pero ese 21 de septiembre de 1947, Santiago Bernabéu presenció como el buen partido de Clemente, Huete, Ortiz y Macala no bastó para doblegar al recién ascendido. Juan Soria, autor de un doblete, fue el héroe del Metropolitano. Ya se sabe. El Alcoyano y su moral.
Escribir comentario