Roque Olsen adelantó al Madrid, Lasala empató y Miguel Muñoz, en propia puerta, selló el triunfo local
Victoria con remontada del Real Valladolid sobre el Real Madrid en la séptima jornada del campeonato de Liga 1951/52. Roque Olsen enmudeció el antiguo José Zorrilla nada más empezar, Isidoro Lasala igualó poco después y decidió en la segunda parte un gol en propia puerta de Miguel Muñoz tras una jugada hilvanada por el gran Gerardo Coque, el hilo conductor de los de casa. Dicha acción le costó la derrota a los de Héctor Scarone y recompensó el dominio de un Pucela que desafió el poder de los grandes. El primer gran Valladolid, posiblemente el mejor que ha habido.
Dos ascensos seguidos, finalista de la Copa, líder de la Liga...
Logró dos ascensos en dos temporadas con Antonio Barrios de entrenador. De Tercera a Segunda (46/47) y de Segunda a Primera (47/48), siendo este último el primer ascenso del Valladolid a la máxima categoría. Helenio Herrera fue el elegido para el debut en la división de honor y selló la permanencia en su primera experiencia como técnico de un club español (48/49). El Mago se comprometió con el Atlético para el siguiente ejercicio y Barrios, que ejerció de asistente de HH, tomó de nuevo las riendas. Durante ese verano, mientras el equipo venía de jugar un amistoso ante Osasuna, un tren arrolló su autobús en un paso a nivel en Villafría (Burgos). Por suerte, nadie resultó herido de gravedad de lo que pudo ser una tragedia y aquella generación eclosionó como revelación a golpes de hazañas. Llegó, en primer lugar, a la final de la Copa, perdida por 4-1 ante el Athletic de la segunda delantera histórica (49/50). Un hat-trick de Telmo Zarra en la prórroga acabó con el sueño de un Pucela que mereció más durante los noventa minutos. Tras la final, Barrios no llegó a un acuerdo para seguir y le sustituyó Juan Antonio Ipiña, antiguo capitán del Real Madrid que hacía su debut como preparador. El vasco puso al Valladolid líder durante diez jornadas consecutivas al inicio de la Liga (50/51) y, además de ganarle 2-1 a 'su' Madrid, llevó a los castellano-leoneses a las semifinales de la Copa (51/52).
"El Real Valladolid de entonces era un señor equipo con muchísima calidad en todas las líneas. Después, porque no había más remedio que traspasar para sobrevivir, se fue desmembrando hasta que consumó el descenso a Segunda tras diez temporadas en Primera". Palabras de Gerardo Coque, el jugador franquicia con permiso de Paco Lesmes. El vallisoletano y el ceutí pasaron a la historia como los primeros blanquivioletas que jugaron con España, primero lo hizo Coque y después Lesmes. Aunque también muchos otros integrantes de esta escuadra llamaron la atención de los seleccionadores. Nada más y nada menos que hasta siete fueron citados de una tacada (enero del 51): Paco Lesmes, su hermano Rafa Lesmes, Juan Babot, Juan Antonio Ortega, Emilio Aldecoa, Coque y Lasala". Así de alto era el nivel. Ojo clínico a la hora de fichar proyección a precios bajos. Revalorización tanto del jugador como del club. El resultado de ello dejó míticas formaciones. Como la que sacó Ipiña frente al Real Madrid: Goicolea; Matito, Paco Lesmes, Rafa Lesmes; Ortega, Lasala; Cánovas, Coque, Lolo, Olcina y Pepín. No estuvo José Luis Saso contra el Madrid, sino Goicolea (dos porterazos: Goicolea después pasó por el Barcelona, pero Saso lo fue todo en Pucela). Por cierto, Goicolea y Román Matito resultaron los fichajes más destacados de los de Ipiña para esa campaña. Matito (el tercer internacional del Valladolid) ascendió a Primera con el Atlético Tetuán, donde coincidió con Rafa Lesmes anteriormente. Los hermanos Lesmes avalaron su contratación y Matito formó junto a ellos una defensa difícil de batir llamada El Muro del Pisuerga. La muralla que levantaron hizo del Valladolid el equipo menos goleado de la 51/52 empatado con el Barça. 43 tantos encajados en 30 jornadas. La retaguardia fue la línea más fiable de un Pucela octavo en la Liga y semifinalista en la Copa (cayó con polémica ante el Barcelona).
El Madrid anterior a Di Stéfano en sus bodas de oro
El Real Madrid cumplió 50 años el 6 de marzo de 1952. Bodas de oro en plena 51/52. A medio camino entre un futuro inmediato bañado en Copas de Europa y un pasado reciente oscuro. Hacía cuatro años que se había construido el nuevo Chamartín (Santiago Bernabéu), la obra faraónica impulsada por el presidente que al principio provocó cánticos de 'estadio de Primera, equipo de Segunda' entre las aficiones rivales. Aquel Madrid, dos temporadas anterior al de Alfredo Di Stéfano, venía de esquivar varias veces el descenso (47/48, 50/51) y tenía tan sólo dos Ligas, ganadas antes de la Guerra Civil (31/32 y 32/33). Ni tan siquiera sirvieron de consuelo las dos Copas seguidas, las únicas alegrías de los años cuarenta con permiso de la Copa Eva Duarte. La tercera Liga tardaría 21 años –coincidiendo con la primera temporada de Di Stéfano–, aunque también pudo caer en la 51/52. La campaña de las bodas de oro a las órdenes del mítico Héctor Scarone. El Mago, el mejor del mundo en sus tiempos como jugador, se colgó dos oros olímpicos con Uruguay y también alzó la primera Copa del Mundo con La Celeste.
Pese a que no pudo triunfar, Scarone recuperó parte del prestigio del Madrid. Lo cogió a finales de la 50/51 y selló la permanencia. Luego, en la 51/52, puso de nuevo al equipo merengue como candidato al título. Saboreó el liderato, el 5-1 al Barcelona... Sin embargo, en una carrera de fondo como es la Liga, el Barça y el Athletic tenían más fondo y los de Scarone quedaron terceros. En Chamartín no se perdió un solo partido. Por el contrario, como visitante solo se ganaron tres, lo que pesó en el desenlace. Llegados a la séptima jornada, el Real Madrid sufrió su tercera derrota consecutiva a domicilio en Zorrilla (Espanyol, Atlético y Valladolid). Scarone puso entonces a distintos onces a causa de las lesiones. En Valladolid, por ejemplo, perdió al hombre-gol del equipo. Pahíño, el Pichichi de la 51/52 con 28 goles en 27 partidos. Aún así, dispuso de un once con siete futuros campeones de la Copa de Europa: Juanito Alonso, El Fifo Navarro, Miguel Muñoz, Luis Molowny, Roque Olsen, Joseíto y José María Zárraga. Del resto de la alineación, solo Louis Hon, José Montalvo, Miguel Cabrera y Gabriel Alonso (hermano de Juanito Alonso) no formaron parte del Real Madrid que conquistó el viejo continente. Por su parte, leyendas como Zárraga y Joseíto reforzaron al Madrid en esa 51/52. Este partido de Valladolid, de hecho, fue el segundo de Zárraga con la blanca inmaculada jugando de extremo. El de Getxo debutó en la anterior jornada ante el Valencia (3-1): "Me probaron de extremo. Aunque se ganó y la crítica no me puso mal, yo no estaba contento con esa demarcación. Mi puesto era de medio y así se lo dije a Scarone". El charrúa rectificó y le puso al lado de Miguel Muñoz a partir de la jornada 10 en el 5-1 al Barça. La posterior mejoría se logró con Muñoz y Zárraga –mítica pareja de mediocentros– jugando juntos en perfecto equilibrio.
Roque Olsen, Lasala y Miguel Muñoz
Aquel 21 de octubre de 1951 hizo un tiempo primaveral en la capital del Pisuerga. Ideal para disfrutar del espectáculo. Los seguidores pucelanos y los madrileños desplazados llenaron el Estadio Municipal, que justo entonces pasó a llamarse Estadio Municipal José Zorrilla. Como local, el Valladolid de Ipiña había empezado fuerte la temporada. Goleó al Deportivo (5-0) y a la Real Sociedad (4-1) y sacó un empate ante el Barcelona (1-1). Por su parte, el Real Madrid de Scarone comenzó el partido con la moral alta después de las buenas sensaciones ante el Valencia (3-1). Ese entusiasmo inicial provocó el gol de Roque Olsen en el minuto 3. El cañonero argentino hizo gala de su fuerte chut ante Aldecoa. Olsen, por cierto, pudo ser jugador del Valladolid antes que del Madrid. El Racing de Buenos Aires pidió 300.000 pesetas. La cúpula directiva blanquivioleta lo rechazó al considerarlo demasiado caro.
Marcar tan pronto provocó la posterior caída merengue. El Valladolid, picado por el gol en contra, cogió el timón. Agobió a su rival con ataques por dentro de los tres centrocampistas que formaron parte del crecimiento del club desde Tercera y Segunda. Lasala, Ortega y Coque, los responsables de la remontada al Madrid. Los mediocentros Ortega y Lasala comieron el terreno a sus homólogos Miguel Muñoz y Montalvo, mientras que el interior derecho Coque se coló entre las líneas enemigas para romper la defensa de tres formada por Gabriel Alonso, Hon y El Fifo Navarro. Con esta receta llegaron las ocasiones sobre la meta del histórico Juanito Alonso. El cancerbero titular de las tres primeras finales de las Copas de Europa del Madrid tuvo bastante trabajo. Aunque nada pudo hacer en los dos goles. Lasala empató en el minuto 15, superando la estirada de Alonso, y Miguel Muñoz empujó dentro de su propia portería un balón lanzado por Coque en el minuto 57. La desdicha de un excelente pasador como Muñoz, el primer campeón de la Copa de Europa como jugador y entrenador. Coque, en cualquier caso, provocó el gol de un triunfo muy celebrado por la grada, poniendo de manifiesto la cualidad de fantástico llegador del ídolo local. Máximo goleador del Valladolid en la 50/51 (19 goles) y 52/53 (14 goles). No obstante, en esa 51/52 el máximo realizador blanquivioleta fue Lolo (12 goles), cuyo esforzado trabajo en punta taponando la salida del francés Hon también ayudó a conseguir el botín.
El Muro del Pisuerga
El fútbol de principios de los cincuenta se jugaba para marcar más goles que el adversario. No obstante, había diferencias sustanciales entre la tremenda pegada de los grandes y los demás. Como modesto, el Valladolid encontró la fórmula para reducir distancias, siendo un adelantado a su tiempo por lo bien que defendía en tiempos de sangrías. El Real Madrid le propuso durante este partido el típico intercambio de golpes y salió mal parado debido a la mayor solidez de los de Ipiña como bloque. No bastó el bombardeo de Olsen ni el excelente momento de Molowny en su mejor temporada de cara a gol. Tampoco la velocidad de El Fifo Navarro, un lateral explosivo al que apodaron Fifo por ser el primer español que jugó en una selección de la FIFA. Joseíto lo intentó, también Zárraga desubicado como extremo. Después del tempranero gol de Olsen, todos los ataques vikingos chocaron contra el Muro del Pisuerga formado por Matito y los Lesmes (los hermanos blanquivioletas le ganaron la partida a los otros hermanos blancos, Juanito y Gabriel Alonso). Paco Lesmes, el káiser que estuvo 12 temporadas en el Valladolid, estuvo imperial y Rafa no se quedó atrás contra el que sería su siguiente equipo. Rafa Lesmes se marchó al Madrid en la siguiente campaña, donde volvió a coincidir con Ipiña. La historia es que Santiago Bernabéu decidió prescindir de Scarone una vez finalizada la 51/52 y le dio el puesto a Ipiña. El antiguo capitán ya dirigió a la escuadra merengue en la Pequeña Copa del Mundo disputada en Colombia y Venezuela, la clausura de la 51/52. Y el Real Madrid de Ipiña salió campeón. El broche a las bodas de oro.
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