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Yugoslavia 0-1 España: La batalla de Belgrado

 

La mítica victoria de España ante Yugoslavia en Belgrado en la última jornada de la fase de clasificación para la Copa del Mundo de 1978. Rubén Cano selló el gol del triunfo que acabó con la época más oscura de la Selección, ausente en los Mundiales y las Eurocopas desde Inglaterra 1966. Para ello, los hombres dirigidos por Ladislao Kubala resistieron todo tipo de juego violento de los balcánicos y la hostilidad del Pequeño Maracaná el botellazo en la cabeza de Juanito, la lesión de Pirri para tres meses, las agresiones a Rubén Cano y Migueli. También hubo tirones de pelo, golpes, lanzamiento de cohetes... España ganó la batalla de Belgrado.

 

La Selección llegaba con una importante ventaja. Le valía con perder por la mínima para clasificarse, mientras que Yugoslavia necesitaba ganar por dos o más goles de diferencia. En  juego estaba el Mundial y la rivalidad se había intensificado durante la década. Por partes: Yugoslavia impidió a España acudir a los Mundiales de 1970 y 1974 (el gol de Kalalinski a Iribar en el desempate del 74) y La Roja inició su venganza con el triunfo por 1-0 ante Yugoslavia en el Sánchez Pijzuán para Argentina 1978. La Yugoslavia del 74 era de primer nivel, con Oblak, Dzajic, Acimovic, Paunovic y Maric. El ciclo de estos ya había finalizado en el 78 y, aunque se mantenían Surjak y Popidova e irrumpía Safet Susic, la escuadra de la batalla de Belgrado carecía del talento de su antecesora. Además, las bajas de Katalinski y Pavlovic habían debilitado una defensa sin recambios de nivel. No obstante, Yugoslavia seguía siendo una selección de calidad. Ante España equivocó el camino. La estrategia antideportiva le dio malos resultados.

 

El mariscal Tito, jefe de Estado de Yugoslavia, decretó como festivo ese 30 de noviembre de 1977 y trasladó el partido a las 13:30h. Con el fin de que los yugoslavos acudieran en masa al estadio del Estrella Roja. La afición se volcó. Desde dos horas y media antes del partido, abarrotó el Pequeño Maracaná. Además, los militares congregados infundían un ambiente más marcial, si cabe, al infierno balcánico. Por otro lado, László Kubala, que conocía el contexto de los países del Este, instó a ingerir solo alimentos y bebidas que la expedición se trajo al hotel. El seleccionador español recelaba y desconfiaba hasta el límite. Los Kubala Boys ya comprobaron antes del partido lo que les esperaba. Ante la lluvia de objetos procedentes de la grada, los internaciones realizaron el calentamiento en el vestuarioPor lo tanto, vistos los antecedentes, ¿qué posibilidades tenía España ante una agresiva Yugoslavia delante de un centenar de hinchas en la caldera de Maracaná? 

 

Cardeñosa y San José, debuts a lo grande

 

Kubala manifestó que había ganado batallas con la Selección, pero que le faltaba ganar la guerra. Lo logró en Belgrado. El húngaro alineó a Miguel Ángel por delante de Arconada en la portería e hizo debutar a Cardeñosa y a Isidoro San José. Dos estrenos con mayúsculas. Cardeñosa dio la asistencia del gol español a Rubén Cano y mostró su porte elegante. San José, lateral o central en el Real Madrid, se doctoró como medio defensivo. Este fue, en definitiva, el once de Marakaná: Miguel Ángel; Marcelino, Migueli, Pirri, Camacho; Leal, San José, Asensi, Cardeñosa; Juanito y Rubén Cano. Por parte de Yugoslavia, Marko Valok presentó la siguiente alineación: Katalinic; Hatunic, Boljat, Stoijkovic, Trifunovic; Sead Susic, Muzinic, Surjak; Popivoda, Kustudic y Safet Susic. Los mejores eran Safet Susic, Ivica Surjak y Danilo Popivoda. Camacho secó a Popidova, Marcelino a Safet Susic, Migueli a Kustidic y San José a Surjak. España anuló a Yugoslavia con marcajes al hombre y, por ahí, se empezó a decidir la contienda. San José secó a Surjak y Camacho a Popidova.

 

La lesión de Pirri y la mejor ocasión de Yugoslavia

Yugoslavia salió con una táctica de intimidación basada en la agresividad. Más allá de lo permitido por el reglamento. Nada más sacar Rubén Cano y Juanito de centro, Kustudic realizó una segada desproporcionada con los pies por delante a Juanito. Se formó la primera tangana y el de Fuengirola siguió sin mayores consecuencias. Declaración de intenciones, en todo caso. Yugoslavia siguió con su juego sucio y, en esta ocasión, cazó a Pirri. La entrada por detrás de Safet Susic primero y de Muzinic después dejaron al capitán de la Selección KO. Pirri abandonó el campo en el minuto 14 (estuvo lesionado tres meses) y le reemplazó Antonio Olmo. Con casi todo el partido por delante. Y lo que parecía un problema, el azulgrana lo solucionó con una lección defensiva. El de Sabadell se mostró inexpugnable en el juego aéreo junto a Migueli y resultó decisivo para evitar el gol de Yugoslavia. Cerca de la media hora, Olmo primero y el poste después evitaron el gol en una doble ocasión, la más clara de los plavis en el partido. Ahí se salvó España de un 1-0 que, quizás, hubiese cambiado el guion. 

 

Rubén Cano llevó a España a Argentina

 

Yugoslavia basó su juego directo en torno a Kustudic. Ya sea con centros, balones largos o acciones a balón parado sobre el ariete-tanque. España respondió con un escudo antiaéreo y, cada vez que podía, pisó las inmediaciones del área local. La Selección salió de su terreno y San José y Asensi, ayudados por Leal y Cardeñosa, controlaron la medular. Ladislao Kubala, en todo caso, realizó un planteamiento atrevido, pese a que valía la derrota por un gol. En estas, los decibelios volvieron a subir. Rubén Cano vio la amarilla por una entrada por detrás a Sead Susic en el minuto 36. Sead Susic respondió con una agresión a Rubén Cano –de roja directa–, pero el árbitro, el inglés Burns, no señaló nada ni consultó al auxiliar ante las protestas. Al filo del descanso, España dispuso de su mejor ocasión del primer tiempo. Rubén Cano, con buen ángulo para chutar, cedió atrás a Leal y este remató desviado. Aunque Yugoslavia dominó y tuvo la mejor ocasión de los primeros 45 minutos, una España bien plantada también pudo adelantarse. Leal avisó a Maracaná.

 

En la segunda mitad, España siguió controlando el partido y dispuso de otra ocasión. Rubén Cano recibió un pase entre líneas de Juanito y sorteó a Katalanic, pero el balón (demasiado pasado) y el campo (resbaló) le jugaron una mala pasada. Por su parte, los nervios por lo muchísimo que había en juego atenazaron al combinado plavi, sin ideas. Solo la zurda de Surjak creaba. Marko Valok necesitaba revulsivos y realizó los dos cambios: Vukotic y Halilhodzic entraron por Popidova y Sead Susic. Y, entonces, se produjeron dos jugadas decisivas. Primero, la ocasión que marró Vukotic en el minuto 67 y, después, el gol de Rubén Cano en el minuto 71. Del posible 1-0 al 0-1. La jugada del tanto la inició Asensi con una anticipación en tres cuartos. El del Barça habilitó a Juanito y este trazó un pase al hueco a la izquierda, a la carrera de Cardeñosa. Este llegó forzado a la línea de fondo y centró al segundo palo, donde Rubén Cano batió a Katalinic de disparo cruzado y mordido. Poco ortodoxo, pero efectivo. A parte del gol, el hispano-argentino trabajó a destajo y sufrió de todo. Rubén Cano afirmó que le tiraron del cabello, de las orejas, le cogieron la nariz

 

El botellazo en la cara de Juanito

El gol español cayó como un jarro de agua fría: Yugoslavia necesitaba tres goles en 20 minutos. Pero el fuego del infierno balcánico se avivó y Juanito lo comprobó. Kubala sustituyó a Dani por el malagueño a un cuarto del final y, mientras este último llegaba al banquillo, respondió a los sonoros pitos. Juanito realizó a la grada el signo de la derrota y una botella de cristal le impactó en la cabeza. El de Fuengirola se quedó seminconsciente unos instantes y se recuperó mientras salía del campo en camilla. Se montó una trifulca considerable en ambos banquillos, con discusiones entre Valok y Pereda. En definitiva, sobró el gesto y, más aún, el lanzamiento. Por suerte, quedó en un susto... Pero los nervios estaban enardecidos y Yugoslavia manifestó su frustración de verse sin Mundial. Otra agresión de Halilhodzic a Migueli. Mientras, caían objetos desde la grada y se lanzaban cohetes, prohibidos por la FIFA. Los últimos minutos se hicieron largos para España, deseosa de salir de allí. Por su parte, Surjak pudo salvar el honor de Yugoslavia en el minuto 85. Definió con vaselina ante Miguel Ángel y el balón salió por centímetros. La tercera acción clara plavi, el último cartucho malgastado. España respiraba y volvía a una Copa del Mundo tras ausentarse en México 1970 y Alemania 1974. Los Kubala Boys ganaron la batalla de Belgrado, con Pirri y Juanito maltrechos. Los que estuvieron allí  confesaron que fue el partido más difícil de sus vidas. Por lo que les tocó vivir. En YouTube se puede comprobar.

Galería de la Batalla de Belgrado

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Comentarios: 1
  • #1

    Carlos (miércoles, 13 enero 2021 22:26)

    Gran artículo


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