En la década de los 70, Franz Beckenbauer, el Káiser, ejemplificó la figura del líbero. Ricardo Rezza, también líbero, fue uno de esos Beckenbauers que disfrutamos de primera mano. La Unión Deportiva Salamanca le incorporó del San Lorenzo de Almagro, junto a Jorge D´ ´Alessandro, para su estreno en Primera División en 1974. Con ellos, el conjunto charro sorprendió y cosechó los principales méritos de su historia: echó raíces en la máxima categoría y rozó la clasificación para Europa hasta en tres ocasiones. Rezza, en sus cuatro campañas con la UD Salamanca, se convirtió en uno de los defensas más regulares de la liga española. Un valor seguro. El Káiser del Helmántico.
Aquel Trofeo de San Juan de 1974
Las fiestas de San Juan de Sahagún, en junio de 1974, resultaron especiales para la ciudad bañada por el río Tormes. La Unión Deportiva Salamanca (UDS) estrenaba su condición de Primera División en el Trofeo San Juan, el torneo que celebraba en plena festividad local. Además de los unionistas, participaron el Vitória Setúbal portugués (ganó el trofeo), el Sporting de Gijón y el San Lorenzo argentino. Con este último jugaron D´ Alessandro, Rezza y Ameijenda. La UDS les vio en directo y tomó una decisión que marcaría su futuro. Fichó a D´ Alessandro y Rezza; Ameijenda llegó en la temporada siguiente, la 1975/76. En el Ciclón de Boedo, Rezza primero formó con Cacho Heredia en el centro de la zaga y luego con Juan Carlos Piris.
El Trofeo San Juan dejó dos curiosidades. Por un lado, la llamativa apariencia de la copa que se entregaba al campeón del torneo, similar a la de la Supercopa de España. Esta se empezó a disputar en 1982: ¿se diseñó a partir del Trofeo San Juan? Y, por otro lado, también destacó la presencia de José Antonio Camacho y Julio Cardeñosa en la UDS. Ambos jugaron a prueba con los anfitriones en los dos amistosos. De esta forma, la UD Salamanca contó con la posibilidad de ficharles antes de que se consagraran en el Real Madrid y en el Real Betis: descartó a Camacho (¡ay!) y desechó a Cardeñosa al no tener suficiente dinero para contratarle. Entonces salía más barato invertir en el extranjero que en el mercado nacional, de ahí el éxodo de sudamericanos a La Liga. De hecho, el fichaje de Rezza le salió a la Unión por 4 millones de pesetas. Una cifra irrisoria, más si consideramos el rendimiento del líbero.
Consolidación en Primera y un sueño llamado Europa
En su estreno en Primera, la UD Salamanca obtuvo la mejor clasificación de su historia. Alcanzó el séptimo puesto y se quedó a un punto de Europa. Un debut impresionante. También para Ricardo Rezza. El rubio líbero de 1,80m. irrumpió como un compendio de potencia, colocación y anticipación. También ofreció dotes de liderazgo y sacó el balón jugado desde atrás. En la 1974/75, Rezza solo se perdió un partido y ayudó a Jorge D´ Alessandro a alzarse con su primer Zamora como portero menos goleado de la categoría. Mención especial también para José Luis García Traid. El entrenador que logró dos ascensos consecutivos (de Tercera a Primera), consolidó al club en la élite y casi lo llevó a Europa. Ante las típicas carencias ofensivas de los modestos, García Traid fortaleció el armazón defensivo en torno a Rezza y a D´ Alessandro. Así se sobrevivió con holgura en Primera y se siguió soñando con Europa en las temporadas siguientes.
En la 1976/77, ya con el portugués Alves, los charros ocuparon la cuarta posición (de Copa de la UEFA) a cuatro jornadas del final. Sin embargo, tres derrotas seguidas ante el Elche, el Betis y Las Palmas le dejaron sin opciones. Luego llegó el desafortunado autogol de Rezza en el Racing 0-1 Salamanca en la última jornada. Un partido polémico, con intentos de amaño, que salvó a los cántabros del descenso y acabó con el Zaragoza y el Celta en Segunda. En la 1977/78, la UDS volvió a la carga por Europa. Se situó colíder en la jornada 13 y sexto en la jornada 31, aunque con menores probabilidades de UEFA. La Unión acabó novena y Rezza comprobó como Europa se esfumaba por tercera vez. Siempre en las últimas jornadas. Por otro lado, los unionistas también dejaron su sello en la Copa. Alcanzaron las semifinales en la edición de la 1976/77. Y lo lograron sin Rezza. Por aquel entonces, solo disputaban el torneo copero los nacionales o los oriundos. Los que ocupaban plaza de extranjero no podían jugar la competición del KO.
El tipo que hizo grandes a los modestos
En el verano de 1976, la cotización del defensor se había incrementado y algunos clubes le tenían en la agenda. Entre ellos, el FC Barcelona, el Valencia CF y el Real Zaragoza. Este último contactó con la cúpula charra para acometer su fichaje. La respuesta fue rotunda. 40 millones de pesetas, una cifra elevada. Algo así como un portazo. El Salamanca disuadió a los compradores mejorando los emolumentos del argentino: 2 millones de ficha y amplicación de contrato hasta 1979. La importancia del líbero era tal que el presidente amenazó a los socios del club con vender a Rezza si estos no aceptaban la subida de las cuotas anuales. Chantaje incluido... En cualquier caso, se prefirió seguir contando con el concurso vital de Rezza, cuando lo fácil era hacer caja, ya que la deuda de la entidad ascendía a 54 millones. No obstante, las cuentas se aliviaron con la venta de Robi al Atlético; una operación exitosa: el Salamanca pagó 1 millón al Real Madrid por el centrocampista y lo vendió por 20 millones al Atleti.
Por su parte, Rezza abandonó a los unionistas en 1978. Un año antes de la finalización de su contrato. Fichó por el Sporting de Gijón y formó parte del enorme Sporting que quedó subcampeón de Liga en la 1978/79. Después se lesionó y se retiró con 32 años, con un paso testimonial por el Burgos. Posteriormente, el Rezza entrenador, logró seis ascensos con cuatro clubes: Gimnasia y Tiro, Belgrano, Villa San Carlos y Temperley. También entrenó al Sporting y a la UD Salamanca. Como no. Rezza, el tipo que hizo grandes a los modestos.
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