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Juventus 0-1 Real Madrid: Mijatovic reescribió la historia con la Séptima

El gol de Pedja a la Juve trajo la séptima Copa de Europa 32 años después e inició una nueva era de hegemonía blanca

 

La Copa de Europa es la competición a través de la cual se ha eternizado el mito del Real Madrid. Brillan con luz propia los quince títulos del que lidera el palmarés con una diferencia sideral sobre el resto. Milagros, remontadas, hambre insaciable y, por encima de todo, hegemonía a lo largo de los tiempos. Hoy es habitual ver a los merengues jugar finales y ganarlas, con su ratio actual de 15 de 18. Pero hubo un tiempo que esto distó de ser así. Desde 1966 hasta 1998, el Madrid se vio anclado a tener seis Copas de Europa. Se perdió la primera oportunidad ante el Liverpool en la final de 1981. La séptima se resistía. Hasta que el 20 de mayo de 1998, en el Amsterdam Arena, volvió el espíritu del antiguo campeón. La temible Juventus de Zidane y Del Piero, que disputó su tercera final consecutiva, cayó 0-1 en un partido disputado, aunque llevado al terreno de un Real Madrid que impuso su ley. Mijatović pasó a la historia como el héroe de la Séptima. Su gol, muy recordado, trajo la Copa de Europa 32 años después e inició la era moderna de dominio madridista bajo el formato Champions League. Pedja reescribió la historia.


0- Juventus: Peruzzi; Torricelli, Iuliano, Montero; Di Livio (Tacchinardi'46), Deschamps, Davids, Pessotto (Fonseca'70); Zidane; Inzaghi y Del Piero.

 

1- Real Madrid: Illgner; Panucci, Hierro, Sanchís, Roberto Carlos; Seedorf, Karembeu, Redondo, Raúl (Amavisca'90); Morientes (Jaime'81) y Mijatović (Šuker'89)

 

Goles: 0-1 Mijatović min.66. 

 

Árbitro: Hellmut Krug (Alemania). Amonestó a Davids, Montero, Hierro, Karembeu, Morientes y Seedorf. 


El legado de Lorenzo Sanz

 

"Los niños tenían que preguntar a los abuelos por la Copa de Europa. Ahora pueden sentirlo". Estas declaraciones de Jupp Heynckes resumen la felicidad que sintió esa parte del madridismo que desconocía lo que era ser campeón de la Copa de Europa. La enorme ilusión de volver a alzar la copa 32 años después, de jugar una final 17 años después, pudo con el favoritismo de una Juve que encadenó su tercera final consecutiva de la Liga de Campeones y que venía, además, de conquistar su segundo Scudetto seguido. La Juventus de Marcello Lippi era un súper equipo (Del Piero, Zidane, Deschamps, Inzaghi...) que destacaba por su regularidad. Algo de lo que carecía el anárquico Real Madrid, que dimitió de la Liga y la Copa, pero que se transformo en Europa. La Juventus partió como favorito. Pero en una final no hay favoritos: las fuerzas se igualan y gana el que mejor está. Un encuentro encorsetado solo lo podía decidir el talento de Mijatović, el mejor de la final más allá del gol. Su único gol en esta edición de la Champions valió su peso en oro. Pedja, Šuker, Roberto Carlos, Morientes y Seedorf, entre otros, fueron la herencia de Lorenzo Sanz. El presidente de la Séptima lo vivió como lo hacían los mandatarios noventeros: "Cuando marcó Mijatović se me vino el mundo encima. Estaba seguro que lo conseguiríamos, pero he sufrido como nunca. No podía verlo porque creía que me iba a dar algo. Faltando siete minutos me fui a un rincón con mi mujer en un brazo y una estampa de Santa Gemma en el otro. Ha sido el partido más largo de mi vida, pero ha valido la pena". Sanz acabó en la ducha con los jugadores. El traje quedó inutizado y apareció con el chándal del Real Madrid por la zona mixta. 

 

Tercera final consecutiva de la Juve, segunda perdida de forma seguida

 

"El Real Madrid ha ganado de forma merecida. Es una derrota muy dura porque es la segunda final consecutiva de la Liga de Campeones que perdemos. No queda otra que felicitar al Madrid que ha ganado, lo repito, con total justicia"Así de realista y caballero se mostró Lippi tras el batacazo (la Juventus ganó su segunda Orejona ante el Ajax en 1996, después le superaron el Borussia Dortmund en 1997 y el Real Madrid en 1998). Lippi, asimismo, lamentó que careciesen de la inspiración habitual: "Empezamos bien, pero después de 20 minutos perdimos el control y el Madrid empezó a crearnos situaciones de peligro. En el segundo tiempo empezamos bien de nuevo, pero en todo el partido apenas tiramos a puerta. Así no podemos ganar una Copa de Europa. Las ocasiones que hemos tenido durante todo el año hoy han brillado por su ausencia". No apareció el máximo realizador juventino de la 1997/98, Del Piero (31 goles en todas las competiciones); Pinturicchio no exigió a Illgner y le superó Raúl en el particular duelo entre los dos jóvenes cracks. Tampoco Pippo Inzaghi (26 dianas) disfrutó de su mejor noche. Del tridente solo destacó Zidane, aunque sin poder conectar con Del Piero e Inzaghi a raíz de la encomiable labor defensiva blanca. Todos proclamaron a Del Piero como la gran estrella juventina, pero Zidane demostró estar en mejor forma. A punto para el Mundial de 1998 jugado en su país, del que salió campeón junto al actual seleccionador francés, Didier Deschamps. 

 

Al césar lo que es del césar y a Heynckes lo que es de Heynckes. El alemán, en su única campaña en el Madrid, logró su primera Champions. Y eso que vivió una de sus temporadas más difíciles. Sufrió la alargada sombra de Capello, además del desgaste de los malos resultados en lo doméstico. De poco le importó llegar sentenciado a una final que preparó a conciencia desde que se eliminó al Borussia Dortmund en las semifinales. Unió al vestuario e hizo probar a la Juventus su propia medicina: "Hace una semana nos reunimos y hablamos de cambiar nuestra actitud y la forma de jugar. Ha funcionado. Hemos atacado a la Juve con sus mismas armas: disciplina, orden y calidad" declaró Jupp. El conjunto blanco supo sufrir. Salió ileso de dos buenos momentos de la Juve al inicio de cada parte. La fuerte presión italiana dificultó la salida al principio, cuando ya se apreció una novedad posicional. Seedorf actuó pegado a la banda derecha para tapar a Pessotto y Karembeu acompañó a Redondo con el fin de cortar los avances de Zidane y Davids. Zizou, demasiado libre al principio, avisó con un disparo al lateral de la red. La Juve amenazó y Hierro y Sanchís salieron al rescate, en especial el malagueño. Hierro tiró hacia arriba al equipo y dio una lección de corte. Fue el que más balones recuperó de toda la final (18), seguido de Panucci (15) y Redondo (14). Una vez el Madrid se sintió seguro atrás, creció en torno a Mijatović, Raúl y Redondo. Pedja, como extremo zurdo, ganó la espalda a Di Livio y rompió la cobertura de Torricelli. Por ahí encontró el Madrid la vía de entrada. Como en la jugada que Raúl, asistido por Mijatović, casi marcó. La ocasión más clara, además de la del gol. El miedo hizo acto de presencias en las huestes transalpinas. Davids se aceleró y, antes del descanso, realizó una dura entrada a Seedorf merecedora de la segunda amarilla. Hellmut Krug le perdonó la expulsión. El árbitro, por cierto, también pasó por alto un penalti de Iuliano a Mijatović...

 

 

El gol de Mijatovic y su intrahistoria

 

La Juventus, tras el descanso, realizó el primer cambio, Tacchinardi por Di Livio, y varió el dibujo. Adiós al sistema de tres centrales de la primera parte. En el segundo acto jugó con cuatro defensas y trivote. Del 3-4-1-2 al 4-3-2-1. La final perdida del curso anterior escocía y la Juve quería resacirse, por lo que el orgullo turinés despertó. Inzaghi dispuso de dos ocasiones paradas por Illgner con sobriedad. Justo cuando el conjunto bianconero más creía, marcó Mijatović en el minuto 66. El montenegrino recogió el rechace de Torricelli a disparo de Roberto Carlos, burló a Peruzzi y la cruzó con la zurda, sin que Montero pudiese llegar. La imagen del delantero corriendo al banquillo para dedicarle el gol a Fernando Sanz tiene su intrahistoria, contada así por Pedja: "La noche antes del partido tuve un sueño. Me desperté a la 1:30h. y me dirigí a Šuker: 'Davor, vas a pensar que estoy loco, pero vamos a ganar la Copa de Europa y voy a marcar. Dos horas más tarde, vino Fernando Sanz a mi habitación y me dijo 'Pedja, esta final es tuya. Piénsalo bien porque todos dependemos de ti. En otras condiciones le habría advertido que era cosa de todos. Pero aquella noche yo había tenido un sueño. Le dije que 'tranquilo, lo sé, por eso mañana cuando marque el gol te lo voy a dedicar". Para Fernando Sanz y el hijo del montenegrino, Andrea. Mijatović, en realidad, jugó lesionado. Desafió las molestias y salió en la foto más bonita de su vida. ¿Era fuera de juego el gol? El propio Pedja lo desmiente: "Pessotto, que estaba intentando bloquear el centro de Panucci, se queda ahí y rompe el off side. El rechace del tiro de Roberto Carlos va a Torricelli, rebota en Torricelli y me viene a mí; eso quiere decir que el balón viene de un jugador contrario, así que evita el fuera de juego. Ningún jugador de la Juve levantó la mano pidiendo fuera de juego"

 

 

Primera Copa de Europa celebrada en Cibeles

 

Con 0-1 se trabó la final. Faltas, interrupciones. Muy a lo Calcio. Lippi quemó los últimos cartuchos y salió con tres puntas. Fonseca, que entró por Pessotto, jugó de extremo derecho, donde Roberto Carlos no le dejó progresar. También salió Antonio Conte por Deschamps. Conte aportó agresividad. Pero Redondo, dueño de la zona ancha, retuvo la posesión todo el tiempo posible y estuvo perfectamente respaldado por Hierro y Sanchís dentro del cinturón de seguridad. Estando neutralizado el juego entre líneas de Del Piero y Zidane, la Vecchia Signora solo vivía del pelotazo. Aún así, un rechace rematado fuera por Inzaghi y una parada de Illgner a Davids pusieron a los vikingos sobre aviso. El sufrimiento cesó cuando Jaime entró por Morientes ya en los últimos minutos. Con tres medios se acabaron los espacios. También entraron Šuker por Mijatović y Amavisca por Raúl para arañar segundos. Y el partido, por fin, acabó. El Amsterdam Arena fue una explosión de júbilo madridista y drama bianconero. La Juventus, el equipo que más finales de la Copa de Europa ha perdido (siete de nueve), justo lo opuesto que el Madrid. El conjunto blanco volvió a subirse al trono 32 años después. Manolo Sanchís levantó la Séptima, la alzó también por sus compañeros de la Quinta del Buitre que se quedaron a las puertas. Cibeles se puso guapa para el fiestón. Primera Copa de Europa que acogió la diosa, siendo Mijatović el más ovacionado. El legendario delantero blanco reescribió una historia sin fin. Desde entonces han caído ocho Orejonas más para sumar un total de quince. Historia que tu hiciste, historia por hacer. 

 

 

 

GALERÍA DE LA FINAL

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