Supercopa de 1990. Goleada del Madrid al Barça con un golazo de Santi Aragón desde el centro del campo
Los Clásicos de la Supercopa de 1990 se saldaron con una clara superioridad del Real Madrid sobre el FC Barcelona. Los pupilos de Alfredo Di Stéfano se impusieron por 5-1 en el global de los dos partidos, proclamándose campeones con un recital en la vuelta disputada en el Santiago Bernabéu. Después de ganar 0-1 en el Camp Nou, los blancos golearon 4-1 a los de Johan Cruyff en una noche recordada por el antológico golazo de Santi Aragón desde el centro del campo.
El trofeo entre el campeón de la Liga y la Copa del Rey de la 1989/90 se disputó en diciembre (los días 5 y 12) de la temporada siguiente, la 1990/91. El Barcelona de Cruyff llegó como líder y el Real Madrid en fase de recuperación tras la destitución de John Benjamin Toshack. Ramón Mendoza eligió a Alfredo Di Stéfano –José Antonio Camacho le acompañó como asistente– y la segunda andadura del hispano-argentino como entrenador blanco tuvo un inicio esperanzador. El 4-1 ante el Barcelona que dio la Supercopa (único título de Di Stéfano como entrenador merengue, rompiendo el maleficio de los cinco subcampeonatos de la 1981/82) supuso la quinta victoria consecutiva desde que se hizo cargo del equipo. La Supercopa invitaba a la esperanza, pero después vino el terrible bache que desembocó en el adiós de Di Stéfano y la llegada de Radomir Antić mientras se negociaba con Pacho Maturana. Tiempos difíciles después del lustro dorado de la Quinta del Buitre, con cambio de ciclo incluido. Se pasó de La Quinta al Dream Team: de las cinco Ligas seguidas del Madrid a las cuatro del Barça. Y ahí estuvo el inolvidable triunfo en la Supercopa del antiguo campeón frente al emergente equipo de Cruyff en la 1990/91, la temporada del cambio.
Di Stéfano alineó a los mismos que ganaron al Camp Nou, excepto Juanjo Maqueda por Pedrag Spasić. Hierro, por lo tanto, pasó al centro de la defensa y Maqueda jugó en el doble pivote junto a Aragón. El once fue el compuesto por Buyo; Chendo, Hierro, Sanchís, Solana; Míchel, Aragón, Maqueda, Villarroya; Hugo Sánchez y Butragueño. El rumano Gica Hagi se quedó en el banquillo junto a Spasić y no jugó ni un solo minuto (las dos sustituciones fueron Aldana y Losada). Por su parte, Cruyff alineó a Zubizarreta; Herrera, Serna, Àlex; Goikoetxea, Eusebio, Amor, Nanu Soler; Laudrup, Begiristain; y Julio Salinas. Con Koeman lesionado, El Flaco siguió insistiendo en los defensas del filial, Herrera y Alex. Nando, Serna y Alexanko eran los titulares en la Liga, pero Herrera (21 años) y Àlex (20 años) jugaron como titulares los dos encuentros de la Supercopa. ¿Oportunidad o papelón? Cabe recordar, por otro lado, que Stoichkov se perdió el encuentro del Santiago Bernabéu, ya que en la ida fue expulsado por una jugada que dio la vuelta al mundo. Stoichkov, durante una protesta, pisó al árbitro Urizar Azpitarte. Le cayeron seis meses de sanción que, al final, se redujeron a dos.
Doblete de Butragueño para voltear el gol inicial de Goikoetxea
El resultado adverso de la ida obligaba al Barcelona a la remontada en el Bernabéu. Necesitaba ganar por dos goles para ser campeón. O por uno para igualar la eliminatoria e ir a la prórroga (en caso de empate no se contabilizaba el valor doble de los goles en campo contrario). El Barça salió valiente y tuvo la posesión en su poder. Adelantó las líneas, con Eusebio llevando la manija en funciones de 4, y el Madrid le esperó replegado, bien organizado en torno al 4-4-2. Eran momentos de tanteo, rotos por Goikoetxea, el extremo al que Cruyff utilizó también de carrilero. Goiko batió a Paco Buyo mediante un lanzamiento de falta en el minuto 20. Estando escorado a la derecha, el Madrid esperaba el centro, de ahí que solo colocase a dos hombres en la barrera. Sin embargo, el navarro chutó fuerte, colándose el balón entre los puños de Buyo. El FC Barcelona se puso por delante e igualó la eliminatoria, aunque la alegría solo le duró un minuto, el que tardó Butragueño en empatar. Míchel centró desde la derecha, Hierro la peinó de cabeza y El Buitre batió a Zubizarreta adelantándose a Àlex. Fuerzas niveladas en el marcador del Bernabéu, que no en la eliminatoria.
La rápida reacción del Real Madrid privó al Barça de madurar el partido a su antojo. De hecho, a partir de entonces, los merengues dominaron cada vez con mayor claridad. Di Stéfano subió la línea de presión, Aragón se hizo con la batuta y el encuentro subió de ritmo, ganando en velocidad. La escuadra blaugrana, de más a menos, perdió la profundidad que sí tuvo el Madrid. Laudrup, desaparecido, no conectó con Julio Salinas. Solo Goikoetxea generó peligro y Eusebio dio algo de oxígeno cuando tuvo el balón. El Madrid se propuso irse con ventaja a la caseta, algo que logró en el minuto 44. El segundo gol, psicológico, fue idéntico al primero en la ejecución y los protagonistas. Míchel centró, Butragueño llegó antes que Alex y cabeceó al fondo de las mallas. La sociedad entre El Buitre y Míchel decantó la balanza. Ambos ya conectaron en el Camp Nou, con Butragueño asistiendo a Míchel en el gol del triunfo, y en el Bernabéu volvieron a aparecer con doblete del '7' tras dos pases del '8'. La esencia creativa surgida de La Fábrica puso 3-1 arriba al Madrid en el global, dejando la Supercopa cuesta arriba para el Dream Team.
Hugo Sánchez sentencia y Aragón marca un gol antológico
Cruyff buscó una reacción y metió a otro joven canterano tras el descanso. Entró Lluís Carreras (18 años) por Txiki Begiristain. Sin embargo, toda opción de meterse en el partido la desterró Hugo Sánchez con su gol en el minuto 56. Un tanto que llegó de un error defensivo de Serna, que no atinó a despejar un balón fácil que le cayó al pie. Aragón le robó la cartera, sorteó la salida de Zubizarreta y el marcaje de Herrera y sirvió el tercero en bandeja a Hugo Sánchez. Este gol hundió al Barça y constató que el experimento defensivo de Cruyff no funcionó (Serna de líbero, Herrera como marcador de Hugo Sánchez y Àlex de Butragueño). Butragueño dio la noche a Àlex, Serna cometió un error que costó un gol y Herrera, que años después triunfó en el Espanyol, fue el más entonado de la línea de tres zagueros. El Barça pagó los desajustes defensivos y, además, fue incapaz de volver asomarse con peligro sobre las inmediaciones de Buyo.
La superioridad blanca era evidente, tornándose en exhibición. El Real Madrid jugó tan bien con pelota como sin ella, dando pases precisos y ofreciendo una excelente colocación táctica en el 4-4-2 de Di Stéfano. Chendo, Hierro, Sanchís y Solana estuvieron atentos al cruce, dando Sanchís salida desde atrás con medidos pases largos. Asimismo, Míchel hizo gala de su calidad y Villarroya mantuvo una gran pugna física con Goikoetxea por la banda. No obstante, claro está, las figuras fueron Butragueño por su doblete y Santi Aragón por su asistencia a Hugo Sánchez y, ante todo, por su golazo desde el centro del campo. Corría el minuto 70 cuando Aragón vio adelantado a Zubizarreta y, desde 42 metros, le batió con un lanzamiento pleno de potencia y colocación a 72 km/h. Espectacular. Lo que consiguió Aragón lo intentaron antes Hierro y Butragueño. Los jugadores hablaron de intentar sorprender así a Zubi, que jugaba adelantado. Aragón, de esta forma, puso el broche a la fiesta del Supercampeón. Real Madrid 4-1 Barcelona. Brindis con copa, goleada y misil histórico en Chamartín.
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